Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

jueves, 6 de septiembre de 2012

Giardino y la línea clara

El estilo de Vittorio Giardino ha sido descrito como una combinación de línea clara y John le Carré.

El término "línea clara" fue acuñado por el artista holandés Joost Swarte (n. 1947) para designar el estilo típico de Hergé (el creador de Tintin); un estilo este, el de la línea clara, en el que propio Swarte se enmarca.


Es corriente el uso de la expresión "línea clara" para caracterizar el cómic europeo en general y el francobelga en particular. Sin embargo, acertadamente en mi opinión, el buen connoisseur y gran especialista en la materia Álvaro Pons ha encontrado antecedentes de la línea clara en el tebeo americano. Concretamente, en las tiras diarias de la prensa de principios del siglo XX elaboradas por George McManus y su Bringing Up Father.


En el ámbito europeo, la influencia del estadounidense McManus se encuentra visible en la serie de aventuras Zig et Puce, creada en 1925 por Alain de Saint-Hogan.


Y dado que el maestro de Georges Remi (Hergé) fue precisamente Saint-Hogan, tenemos así una conexión importante entre el clásico tebeo americano y la línea clara europea. Sirva esta disquisición para deshacer moldes clasificatorios simplistas.

Lo específico de la "línea clara" viene a ser una nítida representación de las figuras, sin efectos de sombra y con colores planos; un gusto por la narración clásica y una apuesta por la historieta de género, especialmente el de aventuras.

Volviendo a donde estábamos al comienzo de este post, es pues evidente que el detallismo visual y narrativo y las representaciones depuradas de las obras de Vittorio Giardino justifican que el estilo de este autor sea encuadrado como un exponente de la línea clara, si bien con específicas características propias, personales.


El tono infantiloide que se percibe en tantas representaciones de la línea clara, empezando por el Tintin de Hergé, está ausente por completo en las aventuras de Max Fridman, de Giardino.

El hecho de que las aventuras de Fridman se inscriban en el subgénero de espías -espionaje político- y además estén perfectamente documentadas y referidas a unos hechos históricos, ya sirve para detectar que estamos ante un tipo de cómic tan maduro como puedan serlo las novelas de Graham Greene y de John le Carré (en concreto el primer Le Carré, el de Karla y el agente Smiley). Los espías de estos autores no tienen nada que ver con el estilo James Bond. Son hombres y mujeres con rostro humano, sin aparatitos ni zapatófonos ni coches fantásticos.

Otra cosa es la presencia de mujeres hermosas en las aventuras de Fridman. Esto no es más que una consecuencia del dominio del dibujo que tiene Giardino y de su gracia para representar el cuerpo femenino. 


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