Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

martes, 4 de septiembre de 2012

Max Fridman


Max Fridman es un personaje creado por el historierista italiano Vittorio Giardino (n. 1946). Es una especie de agente secreto a su pesar que se ve involucrado en diferentes peripecias de espionaje político. Fridman es de origen judío, con pasaporte francés y residente en Suiza, donde vive con su hija de once años y se dedica al negocio de la importación de tabaco.

Hasta ahora, Giardino ha publicado tres historias completas con las aventuras de Max Fridman.

La primera es Rapsodia húngara,

La segunda, La puerta de Oriente,



Y la tercera, ¡No pasarán!. Esta última ya la presentamos en otro post.

Las aventuras de Max Fridman, las tres historias de este protagonista publicadas hasta ahora, transcurren todas en el mismo año, 1938, y en un entorno europeo de preguerra (en el caso de las dos primeras entregas, cuya acción sucede respectivamente en Budapest y en Estambul), o de guerra declarada (la tercera transcurre en España).

Naturalmente este clima propiciaba un terreno abonado para el espionaje internacional (la Abwehr alemana, el NKVD soviético, "la Firma" francesa...) y nacional (la Quinta Columna franquista...).

Y es en estos ambientes en los que se desarrollan las aventuras de Max Fridman, un héroe peculiar (le sacuden los temblores cuando escucha explosiones) creado por Vittorio Giardino.


Fridman, el personaje, combatió en España en las Brigadas Internacionales hasta que cayó herido y abandonó el país al que retornaría en su tercera aventura para buscar a un amigo. A la vez, es amigo de Orwell, de Malraux, de Köestler, de Dos Passos. Está claro, por tanto, de parte de quién está. Sin embargo, su posición intelectual o ideológica en contra del fascismo no lo pone a favor del estalinismo. "¿Ha luchado por los rojos?", le pregunta uno en La puerta de Oriente. "No, por la República", le contesta Fridman. Y de hecho, en ¡No pasarán!, aunque toda la acción transcurre en el lado republicano, queda clara la denuncia de las prácticas de los soviéticos.

Así pues, Max Fridman viene a ser un burgués de entreguerras. Liberal en el mejor sentido del término. Sus aventuras tienen lugar en los ambientes sofisticados de ese periodo. Sus elecciones y comportamiento no dejan lugar a dudas.


Es como si Giardino, a través de Max Fridman, quisiera no solo deleitarnos con la calidad de sus narraciones, sino también ilustrarnos acerca de un duro periodo de combate más que ideológico en el que además de los dos contendientes principales, totalitarios los dos, se la jugaron muy seriamente los defensores de la honestidad y de la libertad.


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