Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

sábado, 12 de enero de 2013

36-39 Malos tiempos



Carlos Giménez es un prodigioso autor de ficciones verdaderas dotadas de dinamismo. En ese sentido es comparable a Will Eisner. Si éste supo reflejar en sus historietas el alma de aquel Nueva York de entreguerras, y me quedo corto, Giménez es único a la hora de narrar con viñetas lo que fueron la guerra y la postguerra españolas. Algo de eso vimos ya en este hilo al comentar Paracuellos y Los profesionales.


Con la serie 36-39 - Malos tiempos, Carlos Giménez ahonda en lo que fue la última Guerra Civil española vivida en un Madrid republicano y sitiado. Es una experiencia contada desde la situación de una familia de clase trabajadora. Un horror. Sin embargo, el autor lo afronta con su estilo inconfundible que apela a la esperanza y a la humanidad compartida.

Los desastres de la guerra, cuyo dolor se transmite en los grabados de Goya y en el Guernica de Picasso, están latentes en esta obra de Carlos Giménez. Un dolor sostenido, continuo, sobrevenido. Es el mismo dolor que acertó a representar Fernando Fernán Gómez en su obra de teatro Las bicicletas son para el verano. E igualmente los tres, al igual que Giménez, dibujaron o plasmaron su óptica desde la perspectiva de los perdedores.


No puedo dejar de copiar el cartucho que abre una de las historias más tremendas que cuenta Giménez en 36-39:

Era el hambre. El hambre terrible que arrebata la dignidad a los seres humanos y los convierte en pedigüeños o ladrones, en egoístas e insolidarios. Era el hambre brutal. El hambre impúdica y humillante. El hambre del desaliento y el llanto. El hambre mensajera y preludio de la muerte.



Esta óptica, sin embargo, requiere algún comentario. 


Esta viñeta de El Roto, aparecida hoy mismo en El País, me sirve para ilustrar mi comentario. Tiene que ver con la óptica o perspectiva adoptada por Carlos Giménez en sus relatos. Trataré de sintetizarla en unos pocos puntos.

1.- Hubo en España una cruenta guerra civil entre 1936 y 1939.

2.- Esa guerra fue provocada por un golpe de Estado fallido llevado a cabo por un sector del ejército bajo presupuestos fascistas.

3.- La población española quedó dividida entre los que apoyaron y los que se opusieron a dicho golpe de Estado.

4.- En ambos bandos de la contienda se cometieron excesos y actos criminales. Sin embargo, o por eso mismo, la neutralidad o equivalencia a la hora de enjuiciar esos hechos no deja de ser parcial.

5.- El bando de los vencedores, el de los golpistas, fue inmisericorde con los vencidos. Una especie de voluntad de "exterminio del otro" dominó el comportamiento de los golpistas, especialmente una vez finalizada la contienda. Añadieron sufrimiento al sufrimiento. Y España quedó aislada de las democracias occidentales sumida en un clima de terror duradero.

6.- Ya en democracia, esa actitud de los vencedores se manifiesta intentando no ya silenciar lo que ocurrió e impidiendo recuperar la memoria de los vencidos (las fosas anónimas y comunes se mantienen cerradas), sino incluso reescribiendo la historia desde posiciones edulcorantes y revisionistas.

7.- La superación de la última guerra civil española no puede hacerse tapando en falso lo que fueron aquellos años.

Desde esta posición, la obra de Carlos Giménez es dura, muy dura. Pero es necesaria. En nombre del reconocimiento de la verdad y de la cauterización del dolor.

Son muchas las posibilidades del noveno arte.


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