Salud y tebeos

Salud y tebeos
Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

sábado, 28 de septiembre de 2013

Filosofía en cómic. El Príncipe



Herder es una editorial prestigiosa, con más de cien años de antigüedad, especializada en la publicación de obras de filosofía, teología, psicología, sociología... La primera Historia de la Filosofía que me compré -tenía yo dieciséis años y aún la conservo (la pagó mi padre, claro)- fue la de Johannes Hirschberger, en dos volúmenes, de la casa Herder.

Lo curioso e interesante a la vez es que Herder cuenta entre sus colecciones con una rotulada así: Manga. Y está dedicada a ofrecer obras clásicas sobre todo de filosofía en versión de cómic japonés. Cabe señalar, a modo de información, que manga es la palabra que en Japón utilizan para designar nuestro tebeo o cómic, sin más. En sí mismo, pues, el manga es tan abierto y tan rico en posibilidades narrativas, temáticas y gráficas como lo son los tebeos occidentales.

De momento, esta colección de Herder Editorial cuenta con cuatro títulos fundamentales de sendos filósofos: Así habló Zaratustra, de Nietzsche; El contrato social, de Rousseau; El príncipe, de Maquiavelo, y El Capital, de Marx. También, en la misma colección, se encuentra La divina comedia, de Dante y El arte de la guerra, de Sun Tzu.

El precio de estos volúmenes es increíble: 9,80 euros cada uno, excepto el de Marx, que cuesta 14,90 euros. El IVA está incluido.

No he tenido todavía ocasión de leer ninguno. Cuando lo haga, lo comentaré.


28.09.2013

En 1513 Maquiavelo escribió uno de los tratados de política más influyentes de la Historia: El príncipe. No se publicó hasta 1531, es decir, a título póstumo. Con todo, este año se conmemora el quinto centenario de esta obra.

Aprovechando la efemérides, este mismo año se ha publicado en España, traducida, una novela gráfica que SmarterComics, de Palo Alto, publicó en 2011: El Príncipe (The Prince).


El motivo principal de la obra de Maquiavelo es el poder del gobernante individual, su consecución y su mantenimiento. Es muy diferente, entonces, de aquella otra obra de filosofía política también muy influyente: El contrato social, de Rousseau. Mientras que esta última pone énfasis en el poder de la ciudadanía que se manifiesta como 'voluntad general', El príncipe da recetas al gobernante para preservar el poder por el poder mismo. Es por esto que se le atribuye a Maquiavelo la frase: "El fin justifica los medios", siendo aquí el fin el poder nada más, desligado de cualquier otra consideración.

Sin necesidad de extraer simplificadamente conclusiones del tipo "El príncipe es el libro de cabecera de los políticos de un espectro, mientras que El contrato social inspira más a los del signo contrario", es cierto que el libro de Maquiavelo se presta muy bien a concebir argumentos narrativos basados en el ansia de poder a costa de cualquier precio, saltándose lealtades personales y objetivos de interés general y en beneficio del acrecentamiento de lo propio o del beneficio particular.


Así, la novela gráfica El príncipe cuenta una dura historia de ambición y deslealtad entre personajes. La narración se articula tomando textos sacados sobre todo de títulos de capítulos del libro de Maquiavelo e intercalándolos entre las viñetas del cómic. Predominan las elipsis, lo cual obliga a que el lector esté atento para comprender la historieta.


Como venimos diciendo, el mal es más sugerente que el bien a nivel narrativo.

Quedo pendiente de leer la versión en cómic de El contrato social de Rousseau, uno de los mangas de la editorial Herder que señalé en mi apunte anterior. 

sábado, 21 de septiembre de 2013

Cómic y periodismo. El cómic-periodismo

Al igual que en la literatura verbal y en el cine, en el cómic se ha impuesto la nomenclatura anglosajona que distingue entre productos de ficción (o ficcionales) y productos de no ficción (o no ficcionales).

Ciñéndonos al ámbito de este hilo, podemos resaltar el enorme auge que está teniendo en el mundo de la historieta desde hace unos años el cómic no ficcional, a través de sus dos manifestaciones principales: el tebeo biográfico (más su modalidad autobiográfica) y el tebeo periodístico.

Y es este último, el cómic-periodismo, el que tal vez está llamado a sortear ventajosamente el estado de crisis en que ahora se encuentra la prensa tradicional en papel.



El nacimiento de los periódicos es anterior a la invención de la fotografía. Así, esta nueva forma de periodismo dibujado no es en realidad tan nueva. Entronca con los ilustradores de prensa del s. XIX, llamados "corresponsales artistas", que realizaban bocetos y dibujos de acontecimientos inmediatos como una batalla, o caricaturas, incluso cuando la naciente fotografía no servía para eso, pues la cámara requería demasiado tiempo de exposición.

En el aspecto formal y no solo, también en cuanto a la actitud ante el medio de muchos de los cómic-periodistas actuales, se percibe la influencia que el comix underground  en particular ha ejercido sobre ellos.

En el plano literario, destaca en este tipo de cómic la influencia del new journalism o Nuevo Periodismo (Gay Talese, Tom Wolfe) y su vertiente gonzo (Hunter S. Thompson), que floreció en la década de los setenta del pasado siglo. La subjetividad del escritor se implica en el objeto de la descripción o de la narración.

Y bueno, este tratamiento creativo de la actualidad a través del cómic-periodismo no deja de ser una manifestación artística que incide en la subjetividad del lector-fruidor. Ya que deja entrever lo que Gay Talese describió como "la corriente ficcional que corre en los subterráneos de lo real".

22.09.2013

La vinculación entre el cómic y el periodismo se manifiesta también en los tebeos de ficción. De otra manera, por supuesto, que en los de no ficción. No hay que olvidar que uno de los espacios habituales de las primeras épocas de la historieta fueron las tiras cómicas o daily strips de los periódicos estadounidenses y las sunday pages de los rotativos, orientadas mayormente a atraer al público infantil, pero no solo a este. Con lo cual, tenemos que los lazos que unen al cómic con el periodismo son firmes.

Tintin es periodista (?). Clark Kent (Superman) y Peter Parker (Spiderman) trabajan en sendos periódicos. El primero, junto a su querida Lois Lane.

Frank Cappa es un reportero gráfico y Ernie Pike un corresponsal de guerra.


Mary es cazanoticias.


Y hasta Valentina guarda relación con la prensa gráfica.


Y cómo olvidar a nuestro Repórter Tribulete, que en todas partes se mete, siempre pidiendo un aumento a su jefe, el director de "El Chafardero Indomable", genial nombre para un periódico en pleno franquismo.



domingo, 15 de septiembre de 2013

El rock y yo. Joe Sacco y el periodismo gonzo

Las lentes de Joe Sacco

"En un mundo donde el Photoshop ha puesto de manifiesto que la fotografía puede mentir, tal vez sea hora de devolver a los dibujantes su función original: la de reporteros." (Art Spiegelman)

Del cómic realizado como representación de acontecimientos reales, de la función notarial del tebeo, de los dibujantes que actúan a manera de periodistas, de la historieta entendida como una de las versiones de la prensa gráfica, del noveno arte puesto al servicio de la información, de todo esto, que viene a ser una misma cosa, un artífice destacado es Joe Sacco. Hay otros autores cuyas obras destacan en esta línea (algunos de los cuales, incluido él mismo, han ido saliendo en este hilo), pero ahora quiero detenerme de nuevo en el maltés Joe Sacco.


Ya veíamos, en otro post, que una característica principal de los reportajes y libros de Sacco es su omnipresencia como sujeto ante el objeto de la narración. La autorrepresentación forma parte de sus crónicas.

La cuestión que me interesa ahora es indagar acerca de si los trabajos en cómic de Joe Sacco pueden ser incluidos en esa categoría o género de actividad que ha sido etiquetada como "periodismo gonzo".


Dice la Wiki:

El periodismo gonzo es un estilo de reportaje, sub-género del nuevo periodismo, que plantea un abordaje directo del objeto (la noticia), llegando hasta el punto de influir en ella, y convirtiendo al periodista en parte importante de la historia, como un actor más; también suele imprimir más importancia al contexto que al texto, es decir, da preponderancia al ambiente en que ocurre tal hecho, por encima del hecho mismo.


Pues bien, de lo que no me cabe duda es de que El rock y yo (2002), de Joe Sacco, es un ejemplo notable de periodismo gonzo realizado en cómic.

Para reforzar mi opinión, basta con leer El rock y yo a la luz del artículo que Hunter S. Thompson publicó en 1970 en la revista Scanlan's Monthly y que sirvió para acuñar por primera vez la expresión "periodismo gonzo". Me refiero a:

El Derby de Kentucky es decadente y depravado


Aunque también puede hacerse al contrario, es decir, leer el artículo de Thompson a la luz del tebeo de Sacco.


En un caso y en otro, me parece, se confirmará lo que digo. Al menos por lo que respecta a El rock y yo y su vinculación con el periodismo gonzo.
  
16.09.2013

Sin embargo, no todo lo que realiza Joe Sacco se inscribe en esa suerte de "actitud gamberra" peculiar del periodismo gonzo. De hecho, El rock y yo constituye más bien una rareza ante otras obras del autor maltés como son:

Notas al pie de Gaza (2010):


Palestina: en la franja de Gaza (1993-1995):


Gorazde: Zona protegida (2000):


y El Mediador - Una historia de Sarajevo (2003):



sábado, 7 de septiembre de 2013

Biblias de Tijuana

Algo más que una mera curiosidad en la Historia del Tebeo son las Tijuana Bibles (Biblias de Tijuana).

Ni eran Biblias sagradas ni tenían nada que ver con Tijuana. De hecho, eran unos cuadernillos grapados de normalmente ocho páginas más la portada. Y su contenido eran historietas pornográficas en ocho viñetas, a una por página. En algunas ocasiones el número de páginas y viñetas era mayor.

No se sabe quiénes las dibujaban ni dónde se editaban. Circulaban clandestinamente, de mano en mano, vendiéndose en barberías, garajes, institutos... Nacidas en la era iniciada aquel jueves negro de 1929 que dio origen a la Gran Depresión, son un producto específico de EEUU y de su capacidad para conjurar el malestar con imágenes historiadas. Estuvieron vigentes más o menos desde los 30' hasta los 60' del siglo pasado, cuando el erotismo gráfico e ilustrado pasó a revistas como Play Boy.

Los protagonistas de estas "biblias" (?) eran a menudo personajes conocidos por el gran público: actores de cine (Clark Gable, Mae West, James Cagney, Greta Garbo), personajes de los strips o tiras cómicas de la prensa diaria de allá hoy olvidados (Barney Google, Mutt and Jeff, Tillie the Toiler), iconos superfamosos de los tebeos de la época (Popeye, Dick Tracy, Betty Boop).

De este modo, el lector sublimaba sus miserias con las fantasías eróticas de personajes reconocibles por él.

Otro de los misterios de estos cuadernillos es su nombre. Tijuana es una ciudad fronteriza de Baja California, conocida como "la puerta de México". Y está claro que las "biblias" no se editaban allí. Se especula que la mera palabra "Tijuana" sugería para el lector yanqui un mundo de exotismo más o menos salvaje, en consonancia con su creencia de que el mundo civilizado terminaba justamente en la frontera del Sur. Y en cuanto al término "Biblias", qué decir. Pura ironía, esta sí, salvaje.

Los historiadores del tebeo encuentran en las Biblias de Tijuana un claro precedente del cómix underground. No solamente por la actitud, la materia y el tono abiertamente libres y un tanto desafiantes de estos cuadernillos, sino también por la forma de editarlos y de distribuirlos. De ahí a los fanzines solo había un paso. En palabras del propio Art Spiegelman:

Las biblias de Tijuana no fueron una inspiración directa para nosotros, fueron una precondición.


jueves, 5 de septiembre de 2013

Blacksad

Decir que la marca distintiva de que algo es bueno es que tenga éxito viene a ser tan incierto como decir que el éxito es la señal distintiva de que algo es bueno. Lo hemos dicho alguna vez.

Y para qué nos vamos a engañar, el mito de que la relación establecida entre ambas variables, calidad y éxito, es inversamente proporcional no es más que eso, un mito del mismo calibre que aquel otro que afirma lo contrario, esto es, que la relación entre la calidad y el éxito es directamente proporcional.

Lo que ocurre más bien es que sucede lo que sucede y es el caso lo que es el caso.

Y es el caso, entonces, que hay veces en que la calidad y el éxito van de la mano.

Como en Blacksad.


Los artífices de este International Bestseller!, literalmente forrado de premios y elogios, son dos españoles de origen: Juan Díaz Canales (n. 1972) y Juanjo Guarnido (n. 1967). Dicen que el primero se ocupa de los guiones y el segundo de los dibujos. En cualquier caso, la combinación es asombrosa. Un ejemplo perfecto de tándem en el mundo del cómic.


Tuvo que ser Francia, una vez más, la que descubriese la valía y el potencial de Blacksad. Y es la editorial Dargaud la que hasta ahora ha publicado originalmente los cuatro títulos de la serie: Un lugar entre las sombras (2000), Artic-Nation (2003), Alma Roja (2005) y El infierno, el silencio (2010). Esa misma editorial está a punto de publicar el quinto volumen de Blacksad, cuyo título ya conocemos: Amarillo.  Y por tanto, es Dargaud la que mantiene los copyright del invento. Ni que decir tiene que el idioma original de la serie es el francés.

En español están traducidos y editados los hasta ahora cuatro títulos en álbumes independientes. La misma editorial de aquí publicó en 2011 un volumen integral, en catalán, que incluye la serie completa más extras. Es esta última una muy buena edición que además gratifica el bolsillo.