Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Alternativos. Beto y Valenzuela

En esta entrevista a Gilbert Hernandez (de Abril de 2007) que encuentro en el Blog de Espiral, 


tras ser descrito Beto por el entrevistador como "uno de los nombres más exitosos de los cómics alternativos" y en referencia a su forma de trabajar, él responde (subrayado mío):

"Sí. Así es la clase de cómics que hago, y que hace mi hermano; en verdad nadie más los hace. Es un tipo de cómics alternativos que principalmente sólo hacemos mi hermano y yo. Todos los demás recurren al Panteón porque tiene una trágica biografía que contar. Yo no tengo problemas con eso, sino que simplemente intento hacer sólo historias con imaginación –sólo historias pasadas de moda, ¿no?"


Si, según vamos viendo y diciendo, el componente auto-biográfico es un elemento constitutivo de muy buena parte de la novela gráfica actual, con todos sus gozos y sus sombras, Gilbert Hernandez (junto con su hermano Jaime) parece desligarse de dicha tendencia egocentrista. Lo suyo es más la pura imaginación, la creación de personajes y tramas que configuren historias más acá o más allá de la cotidianidad, antes que la exposición directa de la experiencia vivida. Esta postura recuerda un poco a la que mantiene entre nosotros Santiago Valenzuela, quien lejos de contarnos su vida, nos muestra un universo imaginario -el Micromundo- en que discurren las aventuras del Capitán Torrezno.

Vista así la cosa, podría parecer que tanto Hernandez como Valenzuela estarían en el mundo del cómic más cerca del mainstream o corriente principal (la ficción superheroica y el tebeo de género especialmente), que de las narrativas alternativas posteriores al underground. Sin embargo, tampoco es así. Ya que tanto en un caso como en otro, estamos hablando de autores que crean ficciones ciertamente alternativas.

¿Alternativas a qué?

Pues al mainstream, precisamente. Siendo aquí, en la noción de mainstream donde se halla el quid de la cuestión.

Las aventuras de Torrezno pueden ser leídas como uno de los reversos, sumamente castizo, de la literatura de superhéroes. En ellas Valenzuela explora los límites de la imaginación heroica, elaborando un cóctel propio que pasa tanto por Moebius como por Ibáñez y otras hierbas. No cabe duda de que el suyo es un empeño imaginativo de altos vuelos, alejado de la mera exposición de su vida.

El caso de Gilbert Hernandez es menos obvio en lo que estamos tratando, ya que sus ficciones son de índole costumbrista. Ciertamente, la obra de Beto es un ejercicio de imaginación que se aleja de las automanifestaciones que abundan en la literatura gráfica actual. Sin embargo, no es menos cierto que dicha obra configura no solamente una gran novela, sino que es una enorme novela familiar.

Y es por ahí, por el lado de la representación de las relaciones intrafamiliares de Luba y los suyos, por donde se cuela, o se puede colar, el elemento autobiográfico de Gilbert Hernandez a lo largo y a lo ancho de su obra. No es ya que toda representación sea indiscernible de la conciencia de todo autor; es que en el caso de Beto, sus historias rezuman una autenticidad inherente a su propia persona. Y sea o no así, esta literatura es pasto abonado para los aficionados al psicoanálisis o, lo que viene a ser lo mismo, se presta a múltiples lecturas psicoanalíticas.

Queda claro, entonces, que lo que convierte en alternativa a una modalidad de cómic respecto a la corriente principal no es la presencia o ausencia directa o indirecta del yo del autor en su obra. La cosa no va por ahí. Lo que marca la diferencia habría que encontrarlo en otros respectos, los cuales no dejan de ser más o menos los mismos que convierten ciertas narraciones y dramas en auténticos textos literarios o en literatura sin más.

Y todo ello, independientemente de que estemos ante historietas de género, de superhéroes o de "novela gráfica". Ya que, bien mirado, la única alternativa que hay ante lo que predomina, la corriente principal que como tal es cambiante, es la creación artística, la cual debe pasar siempre por la originalidad entendida, eso sí, como autenticidad.  

Por otra parte, es corriente  caracterizar lo alternativo (no solo en cómic, también en cine, literatura, música, etc.) refiriéndose a los canales de edición, de distribución, de difusión... alejados de las majors que imponen sus criterios y acaparan el mercado. En realidad, eso caracterizaría más bien lo independiente. Pueden darse juntamente los dos, ser alternativo y ser independiente, aunque se puede ser independiente sin ser alternativo y, por supuesto, ser alternativo sin ser independiente.


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