Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

miércoles, 5 de agosto de 2015

A la sombra de Max

Vapor


La sombra, las sombras. Su importancia en la obra de Max.

Cuando comenté Paseo astral (aquí), cerré el post con estas palabras:
"Y bueno, la clave de interpretación del trabajo de Max nos la frece él mismo en una especie de apéndice de Paseo astral repleto de bocetos y apuntes del autor que reflejan el proceso de creación de esta obra, donde al final leemos: 
estúpido... ¿no sabes que tu talento reside en tu sombra? 
Es una clave que trasciende los límites de este Paseo y que va más allá de la posterior Conversación de sombras.
         A mi modo de ver, es la clave de interpretación del conjunto de las obras de Max."

(Aquí sobre Conversación de sombras)


El caso es que también en ¡Oh diabólica ficción!, obra posterior de Max, encontramos una fuerte presencia, conceptual y formal, del papel que desempeña la sombra en el imaginario de este autor. Podríamos añadir el fantasma (El hombre duerme, el fantasma no es el título de su blog) como otro elemento esencial, constitutivo, y así concluir que el desarrollo de la obra de Max es una especie de paseo entre el fantasma y la sombra. 



Y entre el fantasma y la sombra, la luz. El medio natural que alumbra y favorece la creatividad.




Si entendemos que Bardín el superrealista marca un punto de inflexión en la evolución artística de Max, notaremos que los cómics que le siguen: Vapor, Paseo astral, Conversación de sombras y ¡Oh diabólica ficción! (hasta ahora) se articulan en torno a una cierta dialéctica entra la sombra y la luz. Se trata de libros cargados de ideas, por así decir, complementarias de la estilización formal de esta etapa de Max. 

No obstante, si le echamos un vistazo a los trabajos en cómic de Max desde la época de Gustavo, no podremos propiamente decir que la sombra, las sombras, sean un elemento ausente en los mismos. La Confederación de las Sombras (por citar un título evidente) es una historieta suya de 1986. Y respecto a la etapa más 'línea clara' de Max, es materia para largo debatir en qué medida están ausentes, si lo están, las sombras en la línea clara, por más que no sean visibles. 

Qué decir, en fin, de una de las primeras páginas de Peter Pank (1984):




El crítico Jordi Costa escribe en Panóptica. 1973-2011 un lúcido análisis de esta presencia de la sombra en "el primer Max" (observemos que el recorrido que ofrece este libro-catálogo sobre la obra del dibujante culmina justo a las puertas de Vapor). El texto de Costa: "Materia oscura en un mágico mundo de colores" sintetiza con agudeza las pulsiones presentes en un Max presentado como el reverso de Disney. 

El título de este post, "A la sombra de Max", indica una especie de homenaje al papel de la sombra en la obra de Max. También supone el reconocimiento de un autor que durante más de cuarenta años bate el cobre en el terreno del cómic y la ilustración ininterrumpidamente. No es del todo exagerado sugerir que, en este terreno, Max es algo así como la sombra -una sombra luminosa, colorista- de nuestra generación. 

Hay filosofía y hay psicoanálisis en el trabajo de Max. Lo mejor de todo es que hay, especialmente, arte y vitalidad. 

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