Salud y tebeos

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Mantened los ojos bien abiertos.
(Winsor McCay)

domingo, 4 de octubre de 2015

El deshielo de Corto Maltés

No es la primera vez que una serie de Hugo Pratt encuentra continuación tras la muerte de su creador. Ocurrió con Los escorpiones del desierto, serie de la cual el esritor y dibujante italiano publicó cinco historias entre 1969 y 1992. Hugo Pratt falleció en 1995 y diez años después, en 2005, el ginebrino Pierre Wazem realizó una nueva historia de Los escorpiones del desierto. Nuevamente, en 2008 un séptimo episodio de la saga vio la luz, esta vez de la mano de Giuseppe Camuncoli al dibujo y Matteo Cassali en el guion.

Por otra parte, en la medida en que las aventuras de Corto Maltés, más allá del culto, gozan de una difusión y un prestigio que lo acercan a una suerte de mainstream a la europea, no será del todo extraño que el personaje más famoso de Hugo Pratt constituya con el tiempo una franquicia comparable -salvando todas las imaginables distancias- a las de los superhéroes del mainstream del otro lado del Atlántico, en las que se suceden diferentes autores que mantienen la continuidad de las respectivas franquicias. Ya sabemos, después de todo, que el "Continuará" es inherente a las series que forman el medio del cómic, incluido el tebeo de autor.

Lo que ocurre es que precisamente eso, la difusión, el prestigio y el culto asociados a la figura de Corto Maltés parecían hacer imposible una continuación de la serie. Y así, el más famoso marinero de la historia del cómic quedó como congelado tras la desaparición de Hugo Pratt. A fin de cuentas, el teniente Koinsky -de Los escorpiones...- no ocupa esa posición cuasi mítica que es propia de Corto Maltese.

Sin embargo, el deshielo se ha producido. Y curiosamente, con una aventura que transcurre en buena parte entre el hielo. El guionista Juan Díaz Canales y el dibujante Rubén Pellejero acaban de hacer público un nuevo álbum de Corto Maltés: Bajo el sol de medianoche (2015).


La edición ha salido por partida doble. Hay una versión pura y dura en blanco y negro y otra de tamaño más reducido en color, con papel satinado más extras. Tras hojear ambas versiones, me decidí por la primera. Me parece mejor al menos para recuperar la lectura de aquel Corto Maltés que conocí hace años. Y para apreciar en detalle la limpieza del dibujo de Pellejero y sus sugerencias. Lo cual no significa que la versión en color desmerezca. La diferencia entre ambas, si se quiere, viene a ser similar a la que hay entre las historietas originales en blanco y negro de Pratt y las coloreadas después por Patrizia Zanotti (bajo el visto bueno del autor). Queramos o no, el color favorece la comercialización. Y tal vez edulcora la historia.

Bajo el sol de medianoche mantiene, por así decir, el espíritu esencial de las aventuras de Corto Maltés. Especialmente las de la primera época, cuando un cierto realismo histórico trufado con ribetes políticos era ajeno al regusto por el esoterismo, la mitología y la cábala de historietas posteriores. En mi opinión, Díaz Canales y Pellejero han sabido incrustar un nuevo episodio en el corpus creado por Pratt. Hay multitud de guiños para los connaisseurs de la serie, desde la presencia inicial de Rasputin en el relato hasta el nombre final de Pandora, pasando por otros detalles y signos que remiten a historietas ya conocidas de Corto y reavivan la memoria y la imaginación del lector.

Pero lo importante es que tales guiños, detalles y signos funcionan como engarces, puntos de sutura que insertan Bajo el sol de medianoche en la serie de Pratt. Y no solo eso. Pues este episodio, además de engarzarse en aquel corpus, lo dinamiza. Nada impide que las aventuras de Corto Maltés fluyan de nuevo, revitalizadas, gracias al trabajo de Pellejero y Canales. 

El reto, me parece, no era tan solo el de satisfacer a los viejos amantes de Corto Maltés. Han pasado casi treinta años desde la culminación de Mû, el misterio del continente perdido (1988-1991), la última aventura de Corto realizada por Pratt. Un nuevo acúmulo de lectores de historieta, una nueva generación se ha incorporado al entorno del cómic. Si Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero consiguen llegar con este álbum a esos nuevos lectores de tebeos, la continuidad de Corto Maltés está más que asegurada.

Y también está asegurada, pase lo que pase, la calidad de Díaz Canales en el guion y de Pellejero en el arte de Bajo el sol de medianoche


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