Salud y tebeos

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(Winsor McCay)

sábado, 31 de marzo de 2018

La tierra de los hijos - Gipi



Connotaciones bíblicas aparecen ya en el título de la nueva novela de Gipi: La tierra de los hijos (La Terra dei Figli, 2016). Connotaciones bíblicas se repiten también a lo largo de las cerca de trescientas páginas que la componen. El autor italiano propone en esta obra una historia situada a caballo entre el mito de las postrimerías de la civilización y el de sus orígenes. Propone también una reflexión acerca del sentido (la ausencia de él) que nos guía en un presente ensombrecido por atisbos de la fatalidad. Propone, en fin, un relato brutal ubicado en un estado de naturaleza hobbesiano en el que no desvelaré si la esperanza asoma.

En el apartado gráfico, Gipi deja aparte el óleo y la acuarela de obras suyas anteriores y se entrega al dibujo en estado puro, con mayor o menor relleno de las viñetas según aconseje el relato, pero con predominio absoluto de la línea y el tramado. Sin embargo, en lo que concierne al espacio ontológico de la narración, en La tierra de los hijos es perfectamente reconocible la continuidad del imaginario  existencial de Gipi. Su novela gráfica anterior, unahistoria (Unastoria, 2013) se inscribía en una experiencia postraumática doble, personal e histórica (la representación simultánea del trauma esquizoide y el bélico). El mismo tipo de continuidad se establece entre La tierra de los hijos y otra novela dibujada de Gipi, Apuntes para una historia de guerra (2004). Aquí la narración se sitúa también en un espacio ontológico mutado, con trasfondo bélico, pero de mayor alcance existencial, acaso por mor de una historia cuya textura mediática conecta más con el presente. 

La edición de Apuntes para una historia de guerra que tengo delante (Ediciones Sinsentido, 2011) se cierra con un texto de Goffredo Fofi, titulado "La provincia es el mundo", del que entresaco un párrafo que clarifica sobremanera el trabajo de Gipi y parece una premonición de lo que el artista propone ahora en La tierra de los hijos
"En Apuntes aparecen toda la atrocidad corruptora de la Historia, que es siempre historia de Caín, y toda la atrocidad del presente... y lo hacen... en un posible futuro... En Apuntes y el resto de sus obras uno tiene siempre la sensación y la dolorosa conciencia de que la mutación ha sucedido y Pasolini tenía razón. Los protagonistas de Gipi han nacido después de la mutación. Pero ¿deberíamos por ello desentendernos de ellos, no llamarlos hermanos o hijos, herederos, futuro, a ellos y a los que nazcan de ellos, después de ellos? El "después" que Gipi nos narra tiene, de hecho, raíces dentro de una realidad todavía definida..." 
Se ha abusado tanto del término 'postapocalìptico', que ha sido vaciado por saturación. No encaja del todo para describir el 'post-' en que sucede la narración fluvial de La tierra de los hijos. Puede que sirva, tal vez, para contar el escenario de la historia. Pero se queda corto para expresar su sentido. Pues ya lo hemos dicho. El 'post-' de Gipi es ante todo existencial y ontológico. Desde otra perspectiva, en cambio, dado que el término 'apocalipsis' es de origen religioso, bíblico, sí que vale decir que La tierra de los hijos es una historieta postapocalíptica, en cuanto desvela el horror de los restos de una religión después de la religión.

La postreligión a que alude Gipi en esta obra entronca, por oposición, con el monoteísmo, con la religión del libro. Con el padre que lo escribe y lo niega, lo prohíbe...  No diré más al respecto.

En La tierra de los hijos destaca el dominio del orden secuencial, específico del cómic, por parte de Gipi. Esto le permite reducir el texto al máximo (dejo al margen la sorpresa de las páginas transcritas del cuaderno del padre), en favor de la narración visual. Y es lo que lleva a que la novela persista en la memoria del lector durante días, pese a que la devore con rapidez. Un tanto a la japonesa, pero esa es otra historia.


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